Que corra el aire…
Pues corrió y mucho. El pasado 23 de septiembre tuve la preciosa oportunidad de participar en un ciclo de talleres artesanos que Cervezas Alhambra ha organizado a lo largo del mes de septiembre y parte de octubre. Una iniciativa bajo el hashtag #quetendragranada. El lugar elegido, la calle Alhóndiga en pleno centro de Granada. Un espacio con encanto y de lo más acogedor donde parece haberse detenido el tiempo, donde un grupo de 11 valientes – la número 12 no pudo asistir, una penica- se convirtieron en 11 abaniqueros de lo más entusiastas, centrados en su faena, desafiando las leyes abaniquiles y diseñando su propio abanico troquelado que se llevaron a casa como niños que estrenan zapatos nuevos. Hubo risas, anécdotas, mucho gato con forma de cisne y mucho arte. También hubo silencios que me maravillaron, donde todos estaban sumidos en su trabajo, dedicados durante casi 2 horas a su criatura, y que a mí en ocasiones me costaba hablar para no romper esa concentración, con lo que me gusta enrollarme…
Fue precioso ver como el modelo rascacielos troquelado se adaptaba minuto a minuto a la personalidad del alumnado; toques naïf, sombreados con mesura, y un proceso de secado lleno de brío y a golpe de abanico. Al final hubo una foto de grupo y nociones básicas sobre el lenguaje del abanico, para practicar por esas calles granadinas… Como me dijeron al despedirse «el nivel I estaba superado, ahora a esperar al II«.
Increíble experiencia y con ganas de que en un futuro se pueda repetir.
¡Larga vida al abanico y larga vida a cervezas Alhambra! Y a brindar que son dos días… Y ahora sí, pasen y cotilleen.
Great team!
Toda la info sobre los talleres, conciertos y más … AQUÍ
#quetendrágranada
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