Francia 1850. La televisión y la radio no existen. La mayoría de la población (a pesar de la prosperidad industrial y comercial momentánea) padece una gran depresión económica; es el momento de la lucha de clases. El abanico deja de convertirse en un complemento para refrescarse, y se convierte en un medio para apoyar las reivindicaciones populares. Con el tiempo, se acabará transformando en el mejor escaparate para publicitar productos, marcas, así como eventos importantes; como las exposiciones universales -donde se podían adquirir como recuerdo de la visita- mítines políticos o en las propias corridas de toros.
Abanico con los candidatos al gobierno en las elecciones de 1920 en el estado de York.
Abanico de la Red Star Line. Fabricado por el Eventails Chambrelent, París
Las mejoras en la fabricación y en el proceso de impresión con tintas de mayor calidad, contribuyeron a que estos abanicos comenzaran a hacerse en serie. El mango de cartón, pasó a ser de madera. En él, se grapaban imágenes litografiadas de colores brillantes, muchos de ellos inspirados en el art Nouveau y art Decó. Con un poco más de glamour y presupuesto, los restaurantes y hoteles más prestigiosos, así como las fábricas de cerveza, solicitaron el trabajo de artistas como Toulouse-Lautrec y Mucha. Estos abanicos eran de tela o seda, incluso se han encontrado ejemplares con los mangos en hueso o marfil ¡Una maravillita!
Precioso abanico estilo art Decó en forma de balón, diseñado
para la casa francesa de Champagne Louis Roederer. 1930
Abanico en papel y madera para la casa francesa de Champagne Huguenin.
Este tipo de abanico, se repartía de manera gratuita a los clientes de hoteles, restaurantes, bares, cafés, vinos, perfumes y grandes almacenes. Estos establecimientos estaban situados en los principales centros urbanos; como Nueva York, París o Londres. Un artículo del New York Daily Tribune señalaba que «Los abanicos se imprimían en una prensa automática, a un ritmo de catorce mil por hora, y que se distribuían en una misma tarde «. Por desgracia, su abaratamiento y los efectos terribles de la segunda guerra mundial, propició su desaparición momentánea como complemento de la mujer moderna de la época.
Un abanico patriótico de Haynes Milling Company, Portland, Ind.,
sugiere la compra de bonos y sellos del país.
Abanico de 1940, en la parte posterior anima a enrolarse como enfermera militar.
En EEUU, era muy común regalar abanicos en los estadios de béisbol. Los cruceros, también obsequiaban a sus clientes con abanicos publicitarios, para que estuvieran frescos en cubierta. En ocasiones, los comerciantes, para promocionar algún artículo especial, los numeraban, de esta manera el cliente podía participar en un sorteo. Unos días más tarde, el número ganador se publicaba en el escaparate de la tienda. En 1913, una empresa de publicidad imprimió abanicos con las caras de las estrellas del cine de la época en la parte delantera, y un poquito de publicidad en la parte posterior. «Un teatro podría comprar 500 de ellos por sólo $ 6.50″. ¡Tirao de precio!
En EEUU marcas como Pepsi, Coca-Cola, 7-Up, Orange Crush y una gran variedad de cervezas, apostaron fielmente por este medio publicitario. En Europa, fueron famosas marcas de aperitivos, coñac o licores y prestigiosas casas de champagne -con poderío- para poder contratar a los mejores artistas de la época.
Estos abanicos fueron muy populares en los salones de belleza. Imagínate a las señoras, horas y horas bajo el secador de pelo ardiendo y la cabecica ahí metía. Al final se convirtió en una necesidad. Algunas marcas como Caterpillar Tractor, Buckeye Cortacéspedes, y otras empresas de maquinaria agrícola, aprovecharon el filón para regalar abanicos a los pobres agricultores, que pasaban el día sentados en su tractor bajo un solazo de justicia. También, los peques de la casa podían conseguir su mini-abanico, al comprar los famosos zapatos de Buster Brown en la zapatería ¡Quién quiere corticoles, pudiendo tener un abanico de cartón!
Este abanico troquelado en forma de Copa de Cerveza decía: «Beba Schlitz, la cerveza que hizo Milwaukee famoso».
Igualmente, famosas líneas aéreas, grandes almacenes, farmacias, supermercados, tiendas de muebles, bancos, compañías de seguros y otras tantas entidades, regalaron estos abanicos para mantener a sus clientes bien fresquitos…
Abanico de la Radio Corporation of America.
Abanico Jabones Borax
Abanico Perfume Espéris. 1920-1930.
Un curioso abanico de la Rubber Company de Estados Unidos, muestra un automóvil que viaja a través de un pintoresco paisaje en el interior del neumático. El reverso dice «En Estados Unidos los neumáticos, son buenos neumáticos». ¡Eso es tener autoestima, claro que sí!
En las funerarias e iglesias también fueron muy populares. Era un complemento fundamental para evitar desmayos durante los servicios funerarios o las misas veraniegas. Estaban decorados por una cara con escenas de valores religiosos, y por la otra decoración floral o patriótica. ¡Hasta los enterradores solía tener abanicos para su uso en su propio establecimiento!
La familia afroamericana perfecta, feliz, en paz y aseaica.
«Cerca de 40.000 anuncios fueron creados entre 1850 y 1950. Sin embargo, sólo 2.000 han sido identificados a día de hoy«.
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