El Mad no ha sido tan Cool

Vuelvo de Madrid después de haber participado en el Mad Cool Festival con una sensación de rabia e indignación. El Mad Festival no ha sido tan Cool. Me siento estafada. Lo que parecía una oportunidad muy buena para dar visibilidad a mi pequeña marca, hacer contactos, y por supuesto hacer unas ventas aceptables, ha resultado una experiencia desoladora. Me siento manganeada, como si me hubieran atracado en la puerta de mi casa sin que yo pudiera hacer nada.

Señores del Mercado Central de Diseño, les hablo hoy desde mi humilde microestudio porque no fueron capaces de pasarse por mi puesto ni un solo día. Miraban de reojo, a lo lejos, porque se les caía la cara de vergüenza. Sólo se pasó un miembro de la organización del Festival, y tampoco dio ninguna solución. Soy una pobre granadina que ha volcado toda su alma en un proyecto que me da muchas alegrías, pero también muchos quebraderos de cabeza. Todo el día estoy haciendo cuentas, privándome de muchísimas cosas con un futuro que se tambalea a cada paso. Cuando una toma esta decisión, y se embarca en un proyecto que intenta llevarlo lo más dignamente posible, con cabeza y echando todas las horas del mundo, sabe que en el fondo no es tiempo perdido. Intento seguir formándome y hago más del 80% del trabajo, diseñando mi propio embalaje, buscando los mejores proveedores, imprimiendo las pegatinas, diseñando, contestando mails, viajando a las fábricas, enviando personalmente cada paquete, haciendo mil llamadas al día y echando horas sueltas en otro trabajo para poder pagar las facturas. Y todo de mi bolsillo.

El esfuerzo económico que he tenido que hacer para ir a Madrid ha sido enorme. He tenido que decir que no a otros proyectos, a otros mercados. El pago del propio stand, el hotel, el autobús, la comida (a base de pan y embutido embasado al vacío), billetes de metro, taxi… Llegamos el mismo jueves tirando de tres maletas cargadas de mercancía, directas desde la Estación a la Caja Mágica, sin comer y sin pasar por el hotel. Me pongo en contacto con ustedes y lo primero que me dicen «has llegado tarde, veremos a ver si puedes pasar…» Casi me da un infarto. El jueves fue un auténtico desastre por la pésima localización del Mercado de Diseño y por una organización horrible. Reconozcan que les ha venido grande, reconozcan la vergüenza y la falta de respeto que tuvieron dos de sus encargados al reunirse la madrugada del jueves al viernes con todos los diseñadores. Ustedes nos pedían dar buena imagen, pero lo suyo fue de traca. Y saben a lo que me refiero, y que por respeto – el que ustedes no tuvieron – no voy a entrar en detalles. Entiendo que muchos de mis compañeros se marcharan.

No quiero volver a saber nada del Mercado Central de Diseño, por mi experiencia no lo recomendaré, ni probablemente -esto es echarme tierra encima- querré participar con ustedes en un futuro. España es muy grande y prefiero trabajar con mercados pequeños, sin tanto renombre, ya que ustedes no saben cuidar a su cliente, es decir, nosotros los diseñadores. A mi, esto me ha supuesto un desembolso económico que me va a costar muchísimo volver a recuperar. Vengo triste y desencantada, pero al final la experiencia es una acumulación de errores, y está claro que ustedes han sido uno y muy grande. El viernes, después de esa estampida y del sálvese quien pueda, mi stand se quedó el último, junto con el de otros compañeros, la gente no llegaba al final, se daba la vuelta 200 metros antes, y mi producto es necesario que se vea de cerca, que se pueda tocar. Nos las tuvimos que ingeniar nosotras mismas, cambiando la posición de la mesa y el panel, y aún así, tuvieron la poca vergüenza de llamarnos la atención. ¿Y al resto no? Perdonen, pero había pagado la misma cantidad de dinero que el primer stand. Y nosotros fuimos los más desfavorecidos desde el primer día. No escucharon de mi ninguna queja durante el festival, porque vuelvo a repetirlo, no se pasaron por mi stand ni un solo día. A medida que se hacía de noche la zona en la que estábamos daba pena, faltaba luz, era como una peli de David Lynch, «Carretera perdida», pero con el Manzanares de fondo, faltaba una neblina y la niña de la curva al frente del stand.

Por el contrario, me llevo la amistad de enormes compañeros que sin duda han sido lo mejor del Festival, compartiendo las mismas penas pero también muchas risas. Porque era reír, llorar o echar el cierre. También quiero agradecer a todas esas personas que se acercaron al final del mercado, a lo más hondo, en la penumbra  en esa tierra de Mordor donde la organización nos colocó, gracias por sus compras por las muestras de cariño y comprensión, por adoptar a los abanicos. Romanticidio ha gustado mucho y eso no se me olvidará.

Mad coolmad cool

Qué maravilla haber coincidido con Elena y Eva de «We are Ele«. Hicimos un buen tandem. No tuvimos más remedio que unir fuerzas juntando nuestros stands. Mención a parte a Carmela. La mejor pinche abaniquil. Enorme ayuda y amiga de fatigas.

Ahora, debería poner eso de «nos vemos en la próxima edición del Mad Cool, chicos», pero no. Va a ser que no. Nos veremos en mi metro cuadrado de web, en las redes sociales, en mis puntos de venta, currando en mi microestudio. Hoy más que nunca, que corra el aire.mad cool

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Comments (2)

  1. Yo también me siento estafada por el Mad Cool, porque he recargado la pulsera para hacer compras en el recinto y me encontré con que tuve que pagar en efectivo, al finalizar el festival quise recuperar el saldo y me dijeron que tenía que ser por internet. El caso es que al final se quedaron con mi dinero porque cuando quise recuperar mi dinero aún no tenía habilitada la página, me fui de viaje y al volver ya se había pasado el plazo para rellenar un formulario para devolver el saldo. Yo, a esto, lo llamo ROBO , porque se han quedado con mi dinero, sin más. He reclamado y no me hacen ningún caso. ESTOY INDIGNADA- así funciona este país.
    1. Cierto Pilar! Conozco más casos de gente que está en la misma situación que tú. Un desastre absoluto. Si no sabes organizar mínimamente un Festival, no lo hagas, o al menos asesorate mejor, y no experimentes cada día haciendo cambios con las personas, ahora se paga así, ahora de otra manera, y ahora monto un mercado y cuido fatal a mi clientela. Un desastre! Gracias Pilar por escribir. Ánimo y sigue insistiendo, la técnica del rompeolas. Feliz jueves! ;)

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